Bye bye you. Cinco años enclaustrado en la oficina, los últimos ahorrando a
conciencia por mi libertad y al final obtengo la llave que me libera de unos
grilletes que me hicieron suyo y me apresaban a un asiento, pocas veces
reconocido como propio. El inglés y el estancamiento laboral ejercieron de
muelle para que abandonara la impredecible cueva, glaciar en verano, infernal
en invierno pero bullicioso a todas horas. Para hablaros del nuevo destino,
esperaremos dos meses, tan sólo decir que el rizo del muelle es tan largo que
el salto es extremo. Desde que respiro aire puro, comienzo a creer que me están
creciendo alas.
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Saturday, 11 August 2012
Wednesday, 8 August 2012
La Fontana del Timo
No recuerdo salida nocturna en que la ilusión de volver a
casa superara con creces la que me llevó a salir. La Fontana de Oro (Calle de la Victoria, 1, Madrid) lo ha conseguido
sobradamente. Si hubiera pasado 15 minutos dentro del antro no dedicaría un
post, pero estuve una hora y esa tortura artístico-musical-etílica lo merece.
No voy a criticar la horrible combinación de la escena a la que una persona
sobria puede dar crédito (paredes llenas de óleos dedicados a personalidades
políticas, farolas alternadas con columnas de orden corintio,
una moto chopper colgando del techo, un obispo sentado en su trono divisando la orgía,
perversión tras perversión, ni tampoco
censuraré el mal gusto musical porque entonces os tendría que hablar de El Doblón, del que recientemente escribí en otro post. La razón de postear este tugurio es para juzgar la calidad
del alcohol, tomando como muestra una copa de ron Brugal con cola. No parecen
utilizar garrafón propiamente sino que disuelven los alcoholes en agua. La camarera
(halagada se sentirá si llega a creérselo) sirve media copa en vaso grande de
ron negro. Mi sorpresa no puede ser mayor hasta que lo pruebo y compruebo que
tiene un toque dulzón pero sobre todo una dominancia acuosa, que resta azúcares
al ron de importación. Quiero creer que los únicos alcoholes buenos que sirven
son los tragos cortos, porque fui a pedir dos chupitos de tequila y la camarera
ya me advirtió de antemano, son 4 euros cada uno. Mejor déjalo estar. A esto
súmale las estridentes canciones del verano, y otras horrendérrimas y
superexplotadas como la famosa canción de la película Grease. Por si fuera
poco, tuve la mala fortuna de verme cercado por un horco femenino con más
alcohol que sangre en el cuerpo, haciendo equilibrios para mantenerse en pie y
reclamándome al tiempo, con una voz que quedó grabada en mi memoria como de
ultratumba, un trago de mi cerveza. No volví a fijarme en el obispo pero seguro
que debió divertirse a lo grande con la escena que le ofrecimos los presentes.
Monday, 6 August 2012
El Sablazo de El Doblón

Saturday, 21 July 2012
Alegre Madrid, alegre su gente
Alegre Madrid, alegre su gente lo digo yo, saliendo del metro Ventas, donde a las puertas
de la más famosa plaza de toros del mundo se exhibe un vehículo en una simulada
pista curvada. Todo es un escenario, como el protagonizado en una conocida
discoteca del centro, brincando y danzando con parejas y seres sueltos que se
han anotado al baile del momento. Me alegra saber que en mi última noche a esa
discoteca sigan el ritmo que les indiqué, o eso me parece creer. Lo cierto es
que alzo pesos femeninos, los hombres se anotan al baile marcado, las hembras
asustadizas me esquivan pero luego vuelven al sitio inicial, para seguir las
pautas que le indica su institutriz. Esquivo grupos a velocidades inusitadas,
me agrupo entre miembros desconocidos y congenio con seres de otro mundo. Ningún
portero obedece, parece que todos son felices. Y también tengo que darle las
gracias a ella, Alicia de mi sol, todo presente en cualquier continente que
habite, ser bendito, por todo lo disculpado, todo lo merecido ser agradecido,
tu comprensión infinita, y mi sempiterna traición. Me presento como ser
horrendo sin perdón. Aunque sepa que tu alma es indulgente, todo lo disculpa,
el pasado y el presente. Mientras te traiciono con mi palabra, mi acto, al
margen de cualquier pacto. Me llevo en cambio tu sonrisa, que es el souvenir
más preciado, como tus ojos, sol de las mañanas, luz de las noches insomnes. Y
tu educación, tantas veces no correspondida. Te mereces más amor del que te
puedo otorgar, lo sabes tú, lo sabe Sol, mientras ronda este planeta.
Saturday, 7 July 2012
Respuesta de la Secretaria de la Junta Arbitral a mi queja contra Alsa
Tras reclamar en la oficina de Alsa y solicitar informacióndel estado de mi reclamación en el Registro de Madrid, el lunes de la semana pasada recibía respuesta de la Secretaria de la Junta Arbitral del Transporte de la Consejería de Transportes e Infraestructuras de Madrid, notificándome la recepción de la reclamación e informándome que para solucionar el asunto por la vía del arbitraje es preciso enviar un escrito, “firmado por usted o su representante, a la Junta Arbitral del Transporte de Viajeros, conforme a lo establecido en el art. 9.2 del RD. 1211/90 por el que se aprueba el reglamento de desarrollo de la ley 16/87 de ordenaciones de los transportes en el que haga constar:
.- Sus datos personales.
.- Los datos de identificación de la empresa reclamada.
.- Los hechos y fundamentos que motivan la presente reclamación.
.- El importe reclamado.
.- Los medios de prueba que acrediten su petición.
Transcurridos diez días desde la recepción de este escrito, sin recibir noticias suyas, entenderemos que desiste de esta reclamación y archivaremos las actuaciones previa resolución al respecto, en virtud de lo previsto en los artículos 71 y 42.1 de la Ley 30/92 de Régimen Jurídico y Procedimiento Administrativo Común”.
Y hasta aquí llega mi empeño en seguir reclamando, después de dedicar horas y días de mis vacaciones para solucionar este desaguisado, pues carezco de los medios de prueba que acreditan mi petición, es decir, un testigo que pudiera corroborar la mala fe del conductor de Enatcar que no cumplió con su obligación de parar en la estación de Aspe, en vez de la gasolinera de la N-325, km 5,8. Y como Enatcar no va a reconocer su responsabilidad en este incidente porque atentaría contra sus propios intereses, tengo aprendida la lección para la próxima vez: amenazar con una hoja de reclamaciones en el acto a la parte que presta el servicio y no cumple con sus obligaciones, y/o llegados a un extremo, contactar con la policía local para poner en una denuncia en el acto, con ellos como testigo.
.- Los datos de identificación de la empresa reclamada.
.- Los hechos y fundamentos que motivan la presente reclamación.
.- El importe reclamado.
.- Los medios de prueba que acrediten su petición.
Transcurridos diez días desde la recepción de este escrito, sin recibir noticias suyas, entenderemos que desiste de esta reclamación y archivaremos las actuaciones previa resolución al respecto, en virtud de lo previsto en los artículos 71 y 42.1 de la Ley 30/92 de Régimen Jurídico y Procedimiento Administrativo Común”.
Y hasta aquí llega mi empeño en seguir reclamando, después de dedicar horas y días de mis vacaciones para solucionar este desaguisado, pues carezco de los medios de prueba que acreditan mi petición, es decir, un testigo que pudiera corroborar la mala fe del conductor de Enatcar que no cumplió con su obligación de parar en la estación de Aspe, en vez de la gasolinera de la N-325, km 5,8. Y como Enatcar no va a reconocer su responsabilidad en este incidente porque atentaría contra sus propios intereses, tengo aprendida la lección para la próxima vez: amenazar con una hoja de reclamaciones en el acto a la parte que presta el servicio y no cumple con sus obligaciones, y/o llegados a un extremo, contactar con la policía local para poner en una denuncia en el acto, con ellos como testigo.
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Sunday, 8 April 2012
El Consumidor Reclama a Alsa-Enatcar
Por retraso en el destino y por incumplimiento en el estacionamiento. Por estos dos motivos demostrables acudí hoy a la estación autobuses de Méndez Alvaro-Madrid Sur para que, como consumidor, reclamara a Alsa-Enatcar. La conducción irresponsable del "corredor" durante la segunda mitad de la ruta la dejo aparte por falta de pruebas, salvo mi intranquilidad y la imposibilidad de conciliar el sueño dentro del autocar. Llamo corredor al conductor del autobús que me correspondió en la segunda mitad de la ruta y no chófer, porque claramente demostró que le importó antes llegar puntual -aunque no lo consiguió- a su destino (Campoamor) a costa de poner en riesgo la seguridad de los usuarios que transportaba a bordo. El conductor del autobús paró
a un 1,3 km
de la estación de autobuses de parada obligatoria donde debía apearme, además de con un retraso de 20 minutos, y no lo descubrí hasta que, ya
en tierra, el viento de la madrugada me despertó de mi sueño, cargado yo de
bolsa de mano y souvenirs varios para la familia. Os podéis imaginar la gracia que me hizo realizar otro viaje hasta casa a pie, bordeando la carretera y sin apenas
visibilidad, atravesando una zona de ocio nocturno que no me hizo la menor
gracia. En total 20 penosos minutos de caminata imprevistos hasta llegar a la estación de autobuses, por la mala fe y profesionalidad del conductor, en el que me topé con borrachos y maleantes. Pasé frío, miedo, pero sobre todo rabia por la falta de cumplimiento del deber que demuestra la compañía Alsa teniendo contratado a un empleado como el que me tuve la mala suerte de sufrir. Me pongo a pensar en qué hubiera pasado si en vez de tratarse de mí se hubiera tratado de una persona con movilidad reducida, una anciana o una persona con minusvalía mental. ¿Habría sido capaz el chófer de dejarle abandonado a su suerte en la carretera como hizo conmigo? Parece sorprendente que el país esté llenándose de parados y existan conductores como el que me correspondió, a todas luces un irresponsable.
Para cualquiera que desee implementar una hoja de reclamaciones en Madrid por un mal servicio en autobús (y no la pida en el mismo instante que ocurren los hechos, como me sucedió a mí) que sepa que no tiene que acercarse a la OMIC (Oficina Municipal de Información al Consumidor) sino que tendrá que proceder de la siguiente manera: en el caso de tratarse de un transporte público deberá acercarse al Consorcio Regional de Transportes, en el caso de Madrid sito en la Plaza del Descubridor Diegode Ordás, 3, para reclamar allí; en el caso de tratarse de transporte privado deberá acercare a una oficina de la empresa responsable para exigirla.
Entenderéis ahora por qué presenté una hoja de reclamaciones ante Alsa. Es de ley que los consumidores hagamos valer nuestros derechos que con harta frecuencia son pisoteados por gente sin escrúpulos ni mala conciencia. Todos los días sucede que, por apatía o ignorancia, evitamos reclamar, con lo que la injusticia, de la que se aprovechan los comerciantes se perpetúa. Todos los establecimientos están obligados por ley a contar con hojas de reclamaciones a disposición del consumidor pero muchas veces podemos encontrarnos con comerciantes que dicen no tenerlas para evitar que los clientes reclamen y evitar que su negocio sea objeto de una inspección. Por eso, desde aquí animo a todos los que se encuentren en una situación injusta exijan en la empresa donde fueron tratados inadecuadamente una hoja de reclamaciones al instante de detectar la injusticia o un trato desfavorable, y si el comerciante o la empresa alega que carecen de ella o le instan a volver más tarde para entregárselas se nieguen ello. Es una táctica para que no pueda reclamar. En muchas ocasiones si no se reclama al momento de los hechos no tiene validez reclamar porque se carece de resguardo del servicio o producto adquirido. Por ejemplo, recuerdo en la discoteca Cats reclamé por información engañosa en los precios de las entradas (que establecían de manera arbitraria a la entrada del local según les parecía) y el gerente me dijo que pasara al día siguiente.. El ticket de entrada que me vendieron lo emplee para adquirir la copa que había pagado. Craso error el mío, ya que me deshice del justificante de compra. En caso de que se nieguen a darnos hojas de reclamaciones al instante contactad con la policía para que acuda al lugar de los hechos y podáis presentar una denuncia. Hay muchísimos motivos por los que reclamar todos los días, empezando por la falta de ticket de compra después de adquirir un producto en un establecimiento, por desproporción en los precios, información engañosa, discriminación racial o de género... En Madrid quedan, por ejemplo, discotecas y bares donde siguen vendiendo alcohol de garrafón o adulterado. Si todos nos quejamos pero ninguno reclama nadie nos tendrá en cuenta. Os mantendré informado.
Para cualquiera que desee implementar una hoja de reclamaciones en Madrid por un mal servicio en autobús (y no la pida en el mismo instante que ocurren los hechos, como me sucedió a mí) que sepa que no tiene que acercarse a la OMIC (Oficina Municipal de Información al Consumidor) sino que tendrá que proceder de la siguiente manera: en el caso de tratarse de un transporte público deberá acercarse al Consorcio Regional de Transportes, en el caso de Madrid sito en la Plaza del Descubridor Diegode Ordás, 3, para reclamar allí; en el caso de tratarse de transporte privado deberá acercare a una oficina de la empresa responsable para exigirla.
Es
imprescindible contar con un resguardo del pasaje donde figure el número de
identificación del viajero que añadiremos en la hoja de reclamaciones. Después
de haber incluido nuestros datos personales y haber expuesto el objeto de la
reclamación firmaremos la hoja y nos tendrán que entregar dos copias. (En mi caso, como compensación he pedido el abono íntegro del pasaje por no haber cumplido con las condiciones del servicio pactadas entre las partes). En teoría
la compañía de autobuses tendrá que entregar una copia al Consorcio de
Transportes, que es la que se ocupará de atender la queja y responder al
reclamante. Confío en obtener respuesta en el plazo de un mes y medio. De lo
contrario me pondré en contacto con el Consorcio para informarme. Una de las
dos copias de la hoja de reclamaciones que me han entregado podría utilizarla para
acreditar probar ante el Consorcio la interposición de una reclamación a la
compañía de autobuses.
Entenderéis ahora por qué presenté una hoja de reclamaciones ante Alsa. Es de ley que los consumidores hagamos valer nuestros derechos que con harta frecuencia son pisoteados por gente sin escrúpulos ni mala conciencia. Todos los días sucede que, por apatía o ignorancia, evitamos reclamar, con lo que la injusticia, de la que se aprovechan los comerciantes se perpetúa. Todos los establecimientos están obligados por ley a contar con hojas de reclamaciones a disposición del consumidor pero muchas veces podemos encontrarnos con comerciantes que dicen no tenerlas para evitar que los clientes reclamen y evitar que su negocio sea objeto de una inspección. Por eso, desde aquí animo a todos los que se encuentren en una situación injusta exijan en la empresa donde fueron tratados inadecuadamente una hoja de reclamaciones al instante de detectar la injusticia o un trato desfavorable, y si el comerciante o la empresa alega que carecen de ella o le instan a volver más tarde para entregárselas se nieguen ello. Es una táctica para que no pueda reclamar. En muchas ocasiones si no se reclama al momento de los hechos no tiene validez reclamar porque se carece de resguardo del servicio o producto adquirido. Por ejemplo, recuerdo en la discoteca Cats reclamé por información engañosa en los precios de las entradas (que establecían de manera arbitraria a la entrada del local según les parecía) y el gerente me dijo que pasara al día siguiente.. El ticket de entrada que me vendieron lo emplee para adquirir la copa que había pagado. Craso error el mío, ya que me deshice del justificante de compra. En caso de que se nieguen a darnos hojas de reclamaciones al instante contactad con la policía para que acuda al lugar de los hechos y podáis presentar una denuncia. Hay muchísimos motivos por los que reclamar todos los días, empezando por la falta de ticket de compra después de adquirir un producto en un establecimiento, por desproporción en los precios, información engañosa, discriminación racial o de género... En Madrid quedan, por ejemplo, discotecas y bares donde siguen vendiendo alcohol de garrafón o adulterado. Si todos nos quejamos pero ninguno reclama nadie nos tendrá en cuenta. Os mantendré informado.
Wednesday, 19 October 2011
Busco Piso de Alquiler para Compartir

La elección de un piso de alquiler no es ningún asunto baladí, sobre todo cuando es para compartir. Son muchos los factores a tener en cuenta antes de tomar tan trascendental decisión. Este post está dedicado a novicios pero también a quienes no escarmientan en el arte de hallar un sagrado hogar. Si buscas piso de alquiler para compartir debes tener en cuenta una serie de factores:
Contrato de alquiler. Este punto es para mí el más importante de todos por la seguridad y tranquilidad que da un contrato en el que se especifique las condiciones en que se arrienda el piso. Cuanto más completo sea mucho mejor para no dar pie a equívocos más tarde. Básicamente en el contrato debe figurar los nombres y DNI´s de las partes interesadas, número de inquilinos que habitarán la vivienda, domicilio de la vivienda que se arrienda, el periodo de ocupación, el derecho a uso de (…), inventario de la casa antes de entrar, cantidad y forma de pago, y fianza. Pero puede ir mucho más allá, incluyendo regímenes de visita, libre derecho del casero a entrar a la casa cuando le venga en gana, prohibición de fumar, beber alcohol, organizar fiestas… ¡Hasta tener orgías o rodar películas pornográficas! La cantidad de prohibiciones que puede llegar a incluir un contrato de alquiler puede hacerlo altamente indeseable por muy bonita que sea la vivienda. Por otro lado, el contrato de alquiler es interesante para desgravaciones en la declaración de la renta o para optar a ayudas económicas de tu comunidad autónoma y del Estado.
Conoce a tus inquilinos como prioridad antes que tu futura casa. La casa de tus sueños, a un precio atractivo y ubicación inmejorable. ¿Por qué iba a rechazarlo? ¡Me lo quedo! No seas adoquín y detente a analizar un poco cómo son tus inquilinos, el carácter que tienen, sus gustos, ritmo de vida que llevan, dedicación profesional, edad, fíjate en el orden y limpieza de la casa, normas ya preestablecidas… Si eres tú el último en entrar pocas cosas podrás modificar y serás quien se tenga que adaptar. Antes de dejarte seducir por la casa déjate seducir por los inquilinos.
Habitación a 250 euros en casa totalmente equipada. El precio a pagar por un piso de alquiler es un motivo para decidirnos por un piso u otro, pero hay muchos motivos que, aunque enmascarados, deberían motivar la mudanza a casa nueva. Como el coste mensual de los gastos comunes (agua, luz, gas y comunidad). Personalmente prefiero fijarme en el número y tipo de bombillas (preferiblemente halógenas) que cuelgan de las lámparas de cada una de las estancias de la casa que visito que el color de pintura de las paredes. A todos nos gusta una casa full equipment, pero no pagar el consumo que supone tener encendidos todos los electrodomésticos. Recuerdo haber pasado inviernos en casa como el peor de los veranos por abuso de la caldera de gas y tiritar luego con las facturas.
Esta casa me la equipo yo. El recién inquilino que estrena casa siempre entra con ansias de decorarlo todo, llenando para ello las paredes de agujeros e incluso ornamentar la fachada con una parabólica para ver los partidos de fútbol de los domingos. Seguramente la ilusión que le embarga no le permita ver que cualquier alteración de la estética de la vivienda antes debe contar con la aprobación del arrendador.
Sexto sin ascensor. Un precio de alquiler suculento no suple el atractivo que tiene subir y bajar las escaleras a un sexto piso sin ascensor. Aunque tengas 20 años y toda una vida por delante para cargar con ella reconoce que te gusta ir al supermercado con la comodidad que te da un carrito de la compra de la misma manera que no te hace gracia subir más escaleras que si fueras al cielo.
No fumador, por favor. En tu casa eres libre para caer en cuantos vicios quieras pero recuerda que siempre y cuando vivas en alquiler con otros compañeros tendrás que legislar sobre unas normas de convivencia debidamente aprobadas y aceptadas por todos los inquilinos en el momento previo a entrar a la vivienda. Quien dice fumar en los espacios comunes, dice establecer turnos de limpieza del hogar, reparto de tareas domésticas, crear un fondo económico común para la compra de productos de uso general, no fornicar en el sofá del comedor…Y digo legislar porque sería bueno que estuvieran recogidas en un papel firmado por todos los inquilinos para que las palabras no se las lleve el viento. Después de este momento, cualquier laguna jurídica que se presente deberéis acordarla con la aprobación de todos si no queréis caer en discordia.
¡Feliz búsqueda!
Wednesday, 10 November 2010
Patente de inútiles

Fauna underground

Tuesday, 10 August 2010
Estafas en las Peluquerías
Ya son más de ocho años los que llevo depositando mi cabeza en manos de peluquerías desde que abandonara el lecho hogareño, donde hasta entonces se ocupaban de marcar la pauta estilística a lucir. Y son más de ocho años los que llevo comprobando que las peluqueras están preparadas para tratar mi cabeza, al menos para hacer sus ensayos, para hacer sus prácticas de escuela de peluquería porque de saber no saben cómo dejarme la moral más alta de cómo llegué.
La famosa peluquería Marco Aldany que hay en Metro Palos de la Frontera (Madrid) es de la que peor concepto conservo. Y lo achaco a dos posibles motivos: o las condiciones laborales son pésimas, a juzgar por la de cambios constantes en su personal y la falta de profesionalidad de muchos de sus trabajadores; o se han equivocado con el rótulo con el que se anuncian y olvidaron anteponer la palabra Escuela de Peluquería. Las diferentes veces que he ido a Marco Aldany he tenido la suerte de que nunca me ha atendido la misma persona, lo digo porque una vez me cortaron la oreja con la tijera, otra me raparon la cabeza cuando quería que dispusieran mi cabello para poder hacerme pinchos y otra vez me mojaron la espalda y los calzoncillos lavándome la cabeza. Lo mejor de todo era que tenía que esperar unas dos horas para que me dieran mi castigo. Debo parecer masoca.
La publicidad tiene un magnetismo inexplicable. Es la única conclusión a la que puedo llegar después de ver cómo triunfan personas que a pesar de nadar en la incompetencia muestran una bonita estampa del trabajo que desempeñan.
Para que no penséis que es tirria lo que le tengo a Marco Aldany os hablaré de Stylos, otra de esas peluquerías franquiciadas que aplica la marca para enaltecer los defectos de mi cabeza. Me refiero a unos remolinos que desconocía de su existencia hasta que hace unos meses me lo comunicó una “stylista”. Ninguna otra peluquería me los había detectado hasta entonces.
Después de las experiencias vividas y del hallazgo de un estilista chino, he dejado de frecuentar mis pelus favoritas y pasarme al corte de mano asiática. Entre mi nuevo peluquero y yo hay diferencias lingüísticas. Él dice a todo que sí y luego actúa de acuerdo a su orden. Cuando le hablo en indio entiende algo más, pero pese a todo hay cosas que son insalvables, como cuando pasa una esponja áspera con la que aparte de irritarme el cuello intenta quitarme algún pelo sobrante. La próxima vez que vaya a cortarme el pelo llevaré conmigo una brocha porque hay cosas que entre él y yo son insalvables. Merece la pena porque no hago colas, ni tengo que entender cotilleos, y vale dos euros menos que cualquier de mis anteriores peluquerías.
La famosa peluquería Marco Aldany que hay en Metro Palos de la Frontera (Madrid) es de la que peor concepto conservo. Y lo achaco a dos posibles motivos: o las condiciones laborales son pésimas, a juzgar por la de cambios constantes en su personal y la falta de profesionalidad de muchos de sus trabajadores; o se han equivocado con el rótulo con el que se anuncian y olvidaron anteponer la palabra Escuela de Peluquería. Las diferentes veces que he ido a Marco Aldany he tenido la suerte de que nunca me ha atendido la misma persona, lo digo porque una vez me cortaron la oreja con la tijera, otra me raparon la cabeza cuando quería que dispusieran mi cabello para poder hacerme pinchos y otra vez me mojaron la espalda y los calzoncillos lavándome la cabeza. Lo mejor de todo era que tenía que esperar unas dos horas para que me dieran mi castigo. Debo parecer masoca.
La publicidad tiene un magnetismo inexplicable. Es la única conclusión a la que puedo llegar después de ver cómo triunfan personas que a pesar de nadar en la incompetencia muestran una bonita estampa del trabajo que desempeñan.
Para que no penséis que es tirria lo que le tengo a Marco Aldany os hablaré de Stylos, otra de esas peluquerías franquiciadas que aplica la marca para enaltecer los defectos de mi cabeza. Me refiero a unos remolinos que desconocía de su existencia hasta que hace unos meses me lo comunicó una “stylista”. Ninguna otra peluquería me los había detectado hasta entonces.
Después de las experiencias vividas y del hallazgo de un estilista chino, he dejado de frecuentar mis pelus favoritas y pasarme al corte de mano asiática. Entre mi nuevo peluquero y yo hay diferencias lingüísticas. Él dice a todo que sí y luego actúa de acuerdo a su orden. Cuando le hablo en indio entiende algo más, pero pese a todo hay cosas que son insalvables, como cuando pasa una esponja áspera con la que aparte de irritarme el cuello intenta quitarme algún pelo sobrante. La próxima vez que vaya a cortarme el pelo llevaré conmigo una brocha porque hay cosas que entre él y yo son insalvables. Merece la pena porque no hago colas, ni tengo que entender cotilleos, y vale dos euros menos que cualquier de mis anteriores peluquerías.
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Monday, 12 July 2010
Mucho más que un gol

Arrastramos años de fracasos en nuestra recuperación económica, años de destape de corrupciones, que siempre han existido y siempre existirán, pero nunca hasta ahora se venía hablando tanto de ellas ni acusándose los unos a los otros para desviar la atención de lo que realmente interesa. Arrastramos años de fracasos políticos tanto de socialistas como de populares, de destapes en la Comunidad de Madrid, sin que nada ni nadie haga algo por cambiar sustancialmente lo establecido.
Por mucha alegría que sienta por el triunfo de nuestra selección soy incapaz de omitir mi tristeza por todo el poder que sostenemos quienes, iguales que salimos a la calle a celebrar hoy el triunfo de nuestra selección, ostentamos la fuerza necesaria para reclamar cambios en el gobierno de nuestro país, de nuestra comunidad o nuestro pueblo. Y esto es tan sencillo como convocarnos entre nosotros, sin obligatoriedad de conocernos personalmente, a través de Internet, a través de una asociación, una voz, o un grito si es preciso.
Es tan simple como ondear la misma y exclusiva bandera que ondea el anónimo en esa fuente porque España ha ganado y tanto tú como él os sentís hermanos.
Wednesday, 23 June 2010
Olor axial, de axila más bien
“Parece mentira que en pleno siglo XXI...”. El ágora del siglo XXI en Madrid se establece en el interior de un medio de transporte público, ya sea autobús, metro o tren de cercanías. Dentro de una de estas cajas de metal uno puede asistir en vivo y en directo a la actualidad más variopinta, mucha de ella de escaso interés en cuanto que trata de seres de conocimiento vecinal, pero no por ello contraproducente para nuestro pabellón auditivo, que siempre está funcionando como un radiolocalizador buscando su onda. Es sorprendente la cantidad de personas que no encuentran agotamiento en el chisme, que pregonan entre el tropel como si estuvieran en las fiestas de su pueblo. Y que igual empiezan hablando del vecino y prosiguen contigo, que escuchas música prescindiendo de audífonos e irritando a más de un usuario. Más de un espécimen merece un comentario público para recreo del auditorio. Esto tarde o temprano sucederá, porque los ánimos se perciben menos dispuestos para alharacas y para ese día el motín estará servido. En el metro uno puede conseguir una radiografía de la realidad, cada vez más saturado y saturados sus usuarios, con la gente colérica e in crescendo, y con el egoísmo en cimas vertiginosas. En este momento que escribo, mi compañera de trabajo Virginia se niega a reciclar su botellín de agua porque ya paga tasas en el Ayuntamiento para que se lo hagan. Pues que le suban los impuestos, que ya paga ella.
El respeto a lo público se pierde en cuanto lo sentimos como algo de todos, con derecho a hacer con él lo que le plazca a cada cual. De ahí que los haya que escupen en el interior del coche (de metro), pelan pipas, cortan sus uñas, adhieren el moco al asidero o aprovechan el tramo para depilarse con pinzas las cejas. No hay por qué escandalizarse, todos hemos viajado alguna vez en metro. La higiene es algo que podemos corregir en nuestro trayecto suburbano si contamos con el instrumental acorde con las necesidades.
“Parece mentira que en pleno siglo XXI haya quien no gasta desodorante”, le espeta la señora al marido. Es la escena a la que asisto esta mañana estrujado en el compartimento y rodeado de brazos alzados que descubren axilas pérfidas, libres de aromas artificiales. Llega el buen tiempo y con él el buen olor, el del humano que hiede y que renuncia al consumismo a favor de su perfumado sobaco, que reivindica con un alzamiento de brazo y la consiguiente revelación de fragancia. No me refiero a un olor axilar vespertino, fruto de la acumulación de sudores de todo el trajín matutino, hablo de gente reticente a darse una ducha en la mañana y salir acondicionado con su propio olor de casa. “Spain is different”, que conste que lo saben en Sudamérica donde tenemos fama de cochinos. ¡Maíz y huevos hervidos para esta fauna!
El respeto a lo público se pierde en cuanto lo sentimos como algo de todos, con derecho a hacer con él lo que le plazca a cada cual. De ahí que los haya que escupen en el interior del coche (de metro), pelan pipas, cortan sus uñas, adhieren el moco al asidero o aprovechan el tramo para depilarse con pinzas las cejas. No hay por qué escandalizarse, todos hemos viajado alguna vez en metro. La higiene es algo que podemos corregir en nuestro trayecto suburbano si contamos con el instrumental acorde con las necesidades.
“Parece mentira que en pleno siglo XXI haya quien no gasta desodorante”, le espeta la señora al marido. Es la escena a la que asisto esta mañana estrujado en el compartimento y rodeado de brazos alzados que descubren axilas pérfidas, libres de aromas artificiales. Llega el buen tiempo y con él el buen olor, el del humano que hiede y que renuncia al consumismo a favor de su perfumado sobaco, que reivindica con un alzamiento de brazo y la consiguiente revelación de fragancia. No me refiero a un olor axilar vespertino, fruto de la acumulación de sudores de todo el trajín matutino, hablo de gente reticente a darse una ducha en la mañana y salir acondicionado con su propio olor de casa. “Spain is different”, que conste que lo saben en Sudamérica donde tenemos fama de cochinos. ¡Maíz y huevos hervidos para esta fauna!
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