La primera fase en el casting para dj
en El Doblón (Madrid, Juan Bravo, 35) no la superé por falta de desparpajo sobre el micrófono.
Me pidieron unas cuantas frasecitas para animar el público y entre que soy
serio, soso y no llevaba nada preparado de casa, los jueces del casting
tuvieron muy claro a quién no escoger. Hace tres semanas volví a él, del
que debo reconocer el buen gusto el diseño exterior e interior, suelo de madera,
semejando un bajel grande de vela del siglo XVIII, con mástil, vela, timón, barriles,
apliques, mascarones de proa, y otros elementos distribuidos por la sala. Pero además hay que reconocer que la música de ambiente que ponen
no es para bailar sino para tumbarse en cubierta y disfrutar del viaje. Lástima
que el capitán además de poner música basura convierta la cabina en una cantina
con su destreza al manejo del micro, alabando las virtudes de las letrinas de
la embarcación, entre otras lisuras. En la cubierta de este buque se disputó un
duelo y debo decir que uno de los sablazos lo recibí yo: botellín de cerveza
Budweiser, 6 euros. Por la diferencia, 2 euros, te recomiendo que tomes una
copa. Si no quieres verte obligado a pagar entrada en fin de semana embárcate
antes de las dos de la madrugada, pero si ya te estás dejando asesorar por mí
toma mi consejo: si quieres llegar a buen puerto sin padecer migrañas no subas
a esta embarcación, no te arrepentirás.
1 comment:
aqui hay mucho resquemor, marinero! jose preparate para mi squash rompepiernas
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