
Acabo el máster en dirección de comunicación en una semana y en los últimos meses he aprendido muchas lecciones dentro de mi grupo de trabajo. Me servirán para aplicar en la vida -que es una corta empresa- comportamientos opuestos a los que he vivido y adoptado. Todos hemos aportado nuestra montañita de arena, así que todos somos responsables. Podría acusar a quien prendió la mecha, pero sería de hipócrita cuando estaba a tiempo de pisarla para que no estallara la pólvora. Aquí van 10 lecciones aprendidas para triunfar en la vida:
- Un problema sin zanjar, se aparca, pero nunca se olvida, y deteriora la relación día a día. Resuelve los problemas profesionales hablándolos con tus compañeros, aunque las diferencias personales sean insalvables. Acepta que nadie es capaz de agradar a todo el mundo y defiende un clima laboral sano.
- La prepotencia conduce al desprecio, la desconfianza, la incomunicación. Presuponer causa dolores de cabeza. Cuida tu salud y pregunta antes de enjuiciar. Recuerda que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
- Si no comunicas dejas de existir, eres ignorado.
- Un compromiso por escrito no lleva a equívocos. Las palabras se las lleva el aire o donde dije digo digo Diego.
- Si hay algo que se contagia tan rápido como la peste es la desmotivación, más cuanto más reducido es el grupo de trabajo.
- Si quieres mentir aprende que hay excusas tan pasadas de moda como el dolor de cabeza. Los emails que nunca llegan a su destino, los sms que se pierden por el camino… no cuelan en este siglo.
- La puntualidad es una muestra de respeto hacia los demás y de interés por lo que haces.
- El mérito del grupo es compartido, aunque los esfuerzos individuales no siempre sean equilibrados.
- La humildad debiera regir nuestro comportamiento. Empecemos por reconocer que nadie sabe más que nadie y que quien tiene boca se equivoca.
- Autocrítica previa a la crítica. Es muy recurrente ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.