España es hoy campeona mundial de Sudáfrica, después de vencer a una Holanda más quejica que jugadora. Merecida victoria para el equipo ibérico que ha venido demostrando un mejor juego partido tras partido. Sin desmerecer esta copa, hay algo más allá de la celebración de esta victoria que en estos momentos mantiene eufórica a Madrid, como sucederá en tantas otras provincias de este país. Me refiero al sentimiento español, y aquí debo introducir las políticas en general, que no debe confundirse con la acción de los partidos políticos.
Arrastramos años de fracasos en nuestra recuperación económica, años de destape de corrupciones, que siempre han existido y siempre existirán, pero nunca hasta ahora se venía hablando tanto de ellas ni acusándose los unos a los otros para desviar la atención de lo que realmente interesa. Arrastramos años de fracasos políticos tanto de socialistas como de populares, de destapes en la Comunidad de Madrid, sin que nada ni nadie haga algo por cambiar sustancialmente lo establecido.
Por mucha alegría que sienta por el triunfo de nuestra selección soy incapaz de omitir mi tristeza por todo el poder que sostenemos quienes, iguales que salimos a la calle a celebrar hoy el triunfo de nuestra selección, ostentamos la fuerza necesaria para reclamar cambios en el gobierno de nuestro país, de nuestra comunidad o nuestro pueblo. Y esto es tan sencillo como convocarnos entre nosotros, sin obligatoriedad de conocernos personalmente, a través de Internet, a través de una asociación, una voz, o un grito si es preciso.
Es tan simple como ondear la misma y exclusiva bandera que ondea el anónimo en esa fuente porque España ha ganado y tanto tú como él os sentís hermanos.
1 comment:
Felicita a Zapatero en su condicion de "ministro de deportes", que la Secretaría de Estado de Deporte depende directamente de él.
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