Tuesday 18 March 2008

Y si fuéramos menos orgullosos…


…Y en una buena acción demostráramos que sabemos perdonar y hacer de cuenta que nunca pasó aquello que nos distanció, si aprendiéramos a arrastrar las patas como ya quisieran muchos cangrejos, si dedicáramos una vez a la semana a decirnos “hola, hoy me acordé de ti y por eso es que te escribo”, si amar fuera tan fácil como garabatear en papel y, sonreír, el oxígeno que necesita uno para vivir. Si esperáramos menos de los demás y más de uno mismo, si en tu vuelta a mí hallara el mayor agradecimiento, si sincronizáramos nuestros relojes y a un mismo latido chocaran nuestros corazones. Si en la mirada reflejara la alegría del reencuentro… Por encima de las tristezas que nos cercaron una vez, de los desencuentros en los que nos enredamos y el carácter tan difícil por el que descarrilamos en alguna ocasión, hoy tenemos bien presente que la peor elección sería borrar al otro por un asunto del pasado. Con lo que llegamos a ser, hoy sabemos que nos fortalece aceptar quienes somos sin importarnos con quien estemos. Escapas de medidas porque sigue sin haber balanza capaz, al igual sucede con la estupidez de muchos de mis comportamientos, como con los excesos con los que acojo los tuyos. Si te abracé una vez permíteme que no sea la última.

6 comments:

Ramiro Lapeña Sanz said...

...el mundo sería más feliz y la vida sería mucho más fácil; pero me temo que el orgullon forma parte de la condición humana, y el que es orgulloso por naturaleza nunca dejará de serlo; lo que le traerá algún que otro disgusto.

Anonymous said...

No sé de dónde sales, quizá al salir no te dijeron hacia dónde. Supongo que cuando llegaste y pensaste el cuándo, tuviste que volver, pero no encontraste ni dónde, ni cuándo. Digo yo que tendrás que salir una vez más. De dónde? Sigue buscando...

Anonymous said...

bueno pienso q si fuera menos orgullos en algunas cosa podriamos conseguir eso q buscamo, pero habece el orgullo es mas fuerte q uno mismo. y se forma de acurdo a esa cosa no impide a nosotros mismo.

Anonymous said...

Pues no estoy de acuerdo contigo. A ver si esta vez tienes valor para publicarme el comentario XD

Anonymous said...

El orgullo, como casi todo en esta vida, lo provoca el miedo, en este caso miedo a la posibilidad de quedar por debajo del otro, miedo a la inferioridad. Personalmente lo veo más como un síntoma de debilidad que de fortaleza, y en esta vida en la que todo el mundo presumímos de una sobrehumana dureza, en realidad nadie es tan fuerte como quiere hacernos parecer.

Anonymous said...

aprendes, eso es bueno